martes, 4 de octubre de 2011

DERECHO NATURAL


                                                   

                                                           DERECHO NATURAL





Desconozco si actualmente sigue siendo igual. Pero en mi época de estudiante, en el primer curso de DERECHO se impartía una asignatura llamada DERECHO NATURAL, que definía esta rama del derecho como “conjunto de los principios de lo justo y de lo injusto, inspirados en la naturaleza” y añadía que su fundamento “consiste en un ente abstracto que es superior a la voluntad de las personas”.    Es tan simple como decir que ningún encausado puede tener consideración distinta ante la ley, en virtud del color de su piel, de la naturaleza de su cultura o de su lugar de nacimiento. No hacen falta más ejemplos. Creo que nadie puede cuestionar cosas tan evidentes.
        Se me ocurre apelar al Derecho Natural cuando todos estamos conociendo las salvajes indemnizaciones que se han auto asignado una pandilla de Directivos, antes de cesar en sus cargos respectivos en diversas Cajas de Ahorros, ahora en situación de quiebra. La viabilidad y continuidad de estas instituciones solo se contempla desde la aportación de cantidades millonarias por parte del Erario Público, con el fin de taponar las enormes grietas dejadas por tan brillantes gestores, ahora ocupados en colocar a buen recaudo sus suculentos ahorros de tan lastimosa procedencia. Oigo decir a muchas Autoridades de la economía española que es probablemente legal esta forma de lo que a mi me parece “robo encubierto”, aunque matizan todos ellos que moralmente es totalmente deshonesto cobrar un solo euro por una gestión de tan negativos resultados, según datos ampliamente constatados.
        No se puede sostener que esa gente eluda un juicio por malversación de fondos y, como poco, devuelva la totalidad de esas “gratificaciones” provenientes de dinero público. Y todo ello, por el mero hecho de vivir en un momento tan delicado en la evolución de un País que registra más de cuatro millones de personas sin empleo, con signos inequívocos de que es una situación que tardará años en superarse y con el agravante de que han actuado de forma delictiva si nos atenemos a los más elementales conceptos del Derecho Natural. Las dudas que ahora existen sobre la validez de sus actuaciones con arreglo a los Estatutos societarios y leyes mercantiles aplicables al caso, deberían ser eclipsadas por ese Derecho Natural de mayor rango.
        Se presenta interesante el desenlace que pueda tener este caso, hoy de rabiosa actualidad, y que a todos nos ha puesto un nudo en el estómago. Lástima que como este, hay por cientos (parecidos e incluso peores).
4 Octubre 2011

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