Una de las RIMAS de Bécquer,
con claro fondo amoroso. Bien merecida tiene la fama de poeta excepcional, a
tenor de las más prestigiosas críticas que tuvo en vida y tras su muerte.
CUANDO EN LA NOCHE
Cuando en la
noche te envuelven
las alas de
tul del sueño
y tus
tendidas pestañas
semejan
arcos de ébano,
por escuchar
los latidos
de tu
corazón inquieto
y reclinar
tu dormida
cabeza sobre
mi pecho,
diera, alma
mía,
cuanto
poseo,
¡la luz, el
aire
y el
pensamiento!
Cuando se
clavan tus ojos
en un
invisible objeto
y tus labios
ilumina
de una
sonrisa el reflejo,
por leer
sobre tu frente
el callado
pensamiento
que pasa
como la nube
del mar
sobre el ancho espejo,
diera, alma
mía,
cuanto
deseo,
¡la fama, el
oro,
la gloria,
el genio!
Cuando
enmudece tu lengua
y se
apresura tu aliento
y tus
mejillas se encienden
y entornas
tus ojos negros,
por ver
entre sus pestañas
brillar con
húmedo fuego
la ardiente
chispa que brota
del volcán
de los deseos,
diera, alma
mía,
por cuanto
espero,
la fe, el
espíritu,
la tierra,
el cielo.
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